Historía de viaje: Roberta la italiana en Colombia
Hoy quiero contarte una de las historías de viaje por Suramérica más bonita.
Esta es la historía de viaje de Roberta, una chica italiana que nació en una isla muy bonita que se llama Cerdeña.
A pesar del mar lindo y de la magia que hay en su tierra, cuando tenía 19 años Roberta se fue a estudiar a la Universidad en Roma. Vivió en la Ciudad Eterna por muchos años, terminó la Universidad, siguió con su maestría y empezó a trabajar en lo que más le gustaba, el turismo. Aunque ella estaba muy feliz con su trabajo, había un problema muy grande, su inglés era muy, pero ¡muy malo!
Así que llegó el día en que decidió invertir un poco de tiempo libre, estudiando inglés en la capital inglesa: Londres.
Cuando llegó a Londres lo tenía claro: se quedaría tres meses en Londres para estudiar y trabajar por ese corto tiempo, y después regresaría a Italia.
Muy rápidamente estos tres meses ¡se volvieron siete años!
Fueron años donde Roberta estudió, trabajó, hizo muchas amistades, vivió muchas culturas, cumplió sueños y cada vez que tenía tiempo, viajaba.
Una historía de amor con Colombia y Suramérica
Una noche de verano, después de haber pasado la tarde bailando salsa en un bar latino en Londres, en la oscuridad de su cama, abrió Google y, por primera vez, digitó la palabra Colombia.
Hasta ese momento, lo único que sabía sobre este país era que se encontraba en cualquier lugar por Suramérica, que se hablaba español y ¡que su música y baile le daban mucha alegría!
Esa noche descubrió que Colombia es un país con gente con un gran corazón, siempre listas a recibirte a brazos abiertos. Que viajar por Colombia no es así de peligroso como se piensa y que muchas mujeres han viajado solas allí.
Descubrió que la palma de cera más alta del mundo se encuentra en Colombia en el corazón del eje cafetero, donde se produce uno de los cafés más ricos del mundo.
Encontró que hay un mar de siete colores en una hermosa isla en el medio del mar Caribe que se llama San Andrés, y que en el punto más al norte de Suramérica vive una población indígena en un desierto en frente al mar donde las mujeres tejen unas bolsas coloridas maravillosas.
Esta noche empezó a soñar con caminar por las calles de la Comuna 13 de Medellín para conocer la gente más resilientes del mundo, que nunca se deja desanimar por los hechos negativos de la vida, sino que lucha cada día por una vida mejor y digna.
Se imaginó caminando por las calles empedradas de la Candelaria en Bogotá y pensó en cómo debería ser la vista de la capital colombiana desde 2600 metros más cerca de las estrellas en el Cerro de Monserrate.
Así que, con la cabeza soñante, unos años después se encontró sola, con un tiquete de solo ida hacia Bogotá, con el sueño de visitar su país favorito en el mundo y conocer todo el continente Suramericano: allí empezaba la historía de viaje de Roberta por Suramérica.
Viajó durante un año descubriendo cada rincón de Colombia. Después voló a Buenos Aires, para llegar al punto más al sur del continente llamado Ushuaia. Conoció los pingüinos de Magallanes, caminó hasta glaciares y vio el glaciar más famoso del mundo: el Perito Moreno.
En Uruguay encontró gente tan amable como los colombianos, aprendió a tomar mate y a conocer este pequeño y hermoso país.
Siguió su viaje hacia el norte, para encontrarse con las comunidades indígenas del norte de Argentina y con las,mujeres indigenas bolivianas.Vío amaneceres en el salar de Uyuni y casi se desmaya en la Paz, ¡sufriendo mucho la altitud!
Menos mal las hojas de coca, que los indígenas bolivianos se comen para sobrevivir a las altitudes, le permitieron seguir su viaje hacía la antigua ciudad Inca de Machu Pichu y Cuzco.
Siendo una mujer nacida y criada en frente del mar, Roberta empezó a sentirse nuevamente bien cuando llegó a Lima, ¡una ciudad que no imaginaba fuera tan hermosa!
En Lima se enamoró de los atardeceres frente al mar desde el malecón de Miraflores, de las grandes playas cerca de la ciudad y de su deliciosa comida, ¡sobre todo el ceviche!
Siguió subiendo y conociendo muchos lugares más en la costa peruana, hasta encontrarse entre las montañas ecuatorianas, y llegó al volcán Tungurahua de Baños. En este encuentro con la naturaleza, donde las aguas termales regeneran la piel y el alma, decidió regresar a Colombia para quedarse.
Aprendiendo Español en el camino
En esos años viajando por Suramérica, algo muy importante siempre ha sido la capacidad de comunicar en español. Aprender español y al mismo tiempo conocer muchas culturas diferentes pero juntas por el mismo idioma, ha generado una herramienta única en la vida de Roberta como saber resolver cualquier problema y reto de la vida.
Aprender español no ha sido tan difícil para Roberta por la similitud del idioma con el italiano, su idioma materno. Lo difícil ha sido (¡y sigue siendo!) aprender español correctamente.
¿Cuál es el secreto para aprender a hablar español rapidamente y correctamente?
Estudiar con la ayuda de un profesor nativo, practicar continuamente y sin vergüenza, viajar por Sur América. Todo eso ayuda mucho. «Vivir una historía viajera por Suramérica y aprender español mientras viajas, es lo mejor que pude hacer».
Roberta ha vivido cuatro años en Colombia ( ¡y, de pronto, muchos más llegarán!), escribe en su blog Incolombia.it sobre su aventura en este hermoso país y organiza tours en Bogotá y Villavicencio, la puerta de los Llanos, sumergida entre la naturaleza más hermosa que, desde los pies de los Andes, llega hasta el comienzo de la Amazonía.
¿Te gustó esta historía viajera por Suramérica? ¿Quieres contarnos tu aventura? Déjanos un comentario aquí abajo o envíanos un mensaje, estaremos felices de hacerte conocer a nuestra comunidad viajera 🙂